El demonio bajo la piel

Carátula:"El demonio bajo la piel"

Carátula:"El demonio bajo la piel"

Hablemos de cine negro, o quizás debería decir “noir”, ya que así se empeñan en llamar algunos a los “thrillers espeluznantes”, pero no, no tengo necesidad, ninguna necesidad, en parecer moderno, chic, megafriki, ni nada, ya que escribo este blog tanto para mi (o más para mi), que para que lo lean otros. Como decía, hablemos de cine negro, a pesar de ser un subgénero, que a mi parecer, en los últimos tiempos a perdido “glamour”… iba a decir que ha perdido mucho glamour, pero lo cierto es, que si no lo ha perdido todo, poco le falta, ¿Donde están aquellas mujeres fatales del cine en blanco y negro?, ¿o aquellos “dandys” fumadores compulsivos y no menos bebedores capaces de estremecer a tan inalcanzables mujeres?, pues eso, que ha perdido fuelle (cuando menos) el cine negro en las últimas décadas, y lo ha hecho, dando paso, sobre todo a malos retorcidos y no menos carniceros, provocándonos, más mal estar a base de vísceras, que otra cosa, cierto, lo sé.

El demonio bajo la piel es una película dura, bueno… tiene un par de escenas duras, una película dura, sería cualquiera de las SAWs, y más aún las últimas ¿que fan de la saga SAW iría a ver una SAW más “light” que la anterior? Ahora bien, si en vez de ver a Casey Aflleck, golpeando hasta matar a la deseada Jessica Alba, pegara de igual forma y filmado exactamente igual, a… por ejemplo… Elias Koteas, seguro, seguro, que una buena parte de la gente, que crítica la dureza de “El demonio bajo la piel”, no habría abierto su boquita, y es que no sé por qué, una película que muestre una paliza a una mujer, se considera más dura, que una película que muestre una paliza a un hombre, en mi humilde opinión, la dureza, no aumenta ni disminuye en función del sexo del/la “apalizado/a”, lo que ocurre, es, que quizás no muchos directores (por razones obvias), se han atrevido a mostrar crudamente, una agresión a una persona de sexo femenino, y para los más puritanos, conservadores, les resulte demasiado “atípico”, como para “aguantar el tirón” honrosamente, o peor aún, y no menos cierto, que a muchos en su fuero interno, les gusta (y/o les excita), la violencia contra las féminas, y necesitan esconder sus depravados gustos, tras desmedidas críticas. Si yo fuera mujer, me sentiría mal, muy mal, sabiendo que para el público en general, resulta altamente morboso, hasta lo insoportable, ver pegar a una mujer en el cine, y por el contrario, resulte incluso divertido, ver como se destrozan a “leches” varios hombres (véase cualquier película tipo Transporter, etc), para mi, este tipo de paradojas prejuiciosas, son un claro síntoma enfermizo.

Después de tan larga introducción, he de aclarar, que si acabas de decidir ver “El demonio bajo la piel” por que he dicho que es dura… no te ilusiones en extremo, si, tiene dos escenas objetivamente duras, desde luego no aptas para menores, pero no es Viernes 13, no corras a verla solo por que creas que vas a ver una película dura, cruda, sin duda saldrías defraudado.

Antes de entrar en la película en si, he de reflexionar en voz “alta” acerca del cine negro, o mejor dicho, he de hacer una confesión: no recuerdo una sola cinta de cine negro, que me haya aportado emociones “fuertes”, cosa que busco cuando veo una película. Si una película no me emociona de alguna manera y en alguna medida… suelo catalogarla como “prescindible”, vamos, que no necesito volver a verla (a no ser que me llame la atención algún aspecto técnico y en el futuro quiera/necesite volver a verlo), y otra cosa más, puedo admitir casi cualquier emoción, y de hecho puedo buscar (a la hora de elegir película para ver) casi cualquier emoción, pero hay algunas que por distintos motivos no deseo, o más bien evito, por ejemplo todo el rollo “casquería” (Apocalipsis Canibal, SAW, etc), no es que tenga poco estómago, o delicado, sencillamente son “sensaciones” que no soy capaz de disfrutar, no extraigo nada de ellas, soy incapaz de encontrarles el “gusanillo”, ese que otros parecen encontrarle, y además disfrutarle, y el cine negro, en ocasiones, me ha hecho reflexionar, acerca de por qué no acabo de disfrutarle de verdad,  no llega a emocionarme como puede hacerlo una buena cinta de terror, drama, comedia, bélica, etc, quizás sea porque una de las constantes del subgénero, es mostrar totalmente, radiológicamente, el interior del malo, y poco o nada su exterior, su caparazón protector, o yo que sé, quizás no estoy tan “zumbado”, como para verme reflejado, de alguna manera, en un malo de película de cine negro, sobre todo, si esta es actual, en las que como ya dije, los malos son más carniceros que otra cosa.

Hay secuencias en “El demonio bajo la piel” que tardas en olvidar, pero con el tiempo (ya ves… hace como 4 horas que la he visto :D ), por encima de todo, lo que me queda, es el buen trabajo de Casey Affleck, creo que incluso por encima de su trabajo en “El asesinato de Jesse James por el cobarde de Robert Ford“, donde claramente era el mejor (cierto es, que su papel de Robert Ford, era el más agradecido). Valorando otras cosas, tenemos una fotografía sobria pero bien contrastada, que se agradece, y una muy buena cámara que deja ver, sin hacer eso que tan de moda está, eso de: “eehhh, soy el director, estoy aquí, es que soy muy “guay” y firmo mis pelis haciendo esto con la cámara”, quizás alimente fetichismos, mostrando ciertos detalles, yo diría incluso que sin quizás, que los alimenta sin tapujos, cuestión de estilos, de sensibilidades, para unos estará bien, para otros no. En general a mi me ha parecido un muy buen trabajo, acertado en cuanto a luz (cosa que odio de este subgénero, la tradicional luz), contraste, encuadre, y narrativamente hablando.

Hablando de la historia en si, personalmente, me parece que el desenlace no produce, ni conduce a ningún éxtasis, ni si quiera a ninguna leve subida de tensión, acudimos a una escena bastante bestia, no por lo que muestra (que también), sino por lo que en ella ocurre, pero sin embargo está lejos de provocar grandes impresiones, y es que creo que hay errores en cuanto a los “bits de información”, que su director Michael Winterbotton, comparte y oculta al público, en definitiva, hay giros que no funcionan, o al menos, no funcionan con la contundencia que deberían, o bien, en el caso de la información que la policía tiene para tenerlo encarcelado (que ni protagonista, ni  público conoce), entra mal cuando se nos da esa información, es algo chapucero, sorprende incredulamente (y de forma instantánea) la situación, y además, le quita credibilidad, seriedad, peso al desenlace,  es un giro de esos, que se dice “que entra tan forzado que no entra”, sacar al público de las sensaciones en las que le has metido, justo unos pocos segundos antes del desenlace…

Por lo demás, sin compararla con otros ejemplos actuales del género, que quizás sean superiores a ella, “El demonio bajo la piel”, creo que puede hacer pasar un buen rato a cualquiera, si además te gusta el cine negro, y aún no la has visto, que sepas que estás obligado a verla desde ya, a saber cuando vuelven a hacer cine negro mejor.

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